sábado, 23 de abril de 2011

Un día en el hospital

Es muy desagradable cuando nuestros hijos se enferman, sin embargo es más frustrante ver a tu hijo rodeado de doctores y enfermeras para suministrarle medicamentos y analizar que es lo que tiene y tener la impotencia de no poder hacer nada para quitarle tanto dolor y sufrimiento a tu hijo.

Algo similar me sucesió hace dos meses aproximadamente cuando mi pequeño Emiliano, se enfermo de bronquiolitis...

Todo empezó en noviembre del año pasado cuando entró a la guardería y al cabo de una semana ahí enfermó de tos, aparentemente con el medicamento que le recetó su pediatra mejoró, sin embargo todo diciembre y principios de diciembre continuó con catarro... ya para mediados de enero y parte de febrero se le quitó la tos y el apetito había vuelto a él, pero la última semana de febrero, llegué de la escuela y mi mamá de comenta que llevó al niño con un doctor por que tenía fiebre, no quería comer y le costaba mucho trabajo respirar, por lo que tuvieron que aplicarle inhalaciones con un medicamento para descongestionar los bronquios; al momento me alarmé por que estaba pálido y muy tranquilo ya que no quería jugar ni andaba danzando por la casa con mi hermana, le dije a mi mamá que no se preocupará que al día siguiente lo llevaría al seguro para que le dieran otra checadita y de paso le aplicaran las inhalaciones...

Así lo hice, me levante temprano y arregle a mi hijo y llegamos directo a urgencias donde lo atendieron rápido... fué ahí donde comenzo mi tormento... el doctor me preguntó que cuantos días llevaba con problemas de respiración y tos, le mandó a hacer una radiografía para checarle los pulmones... después de esto me dice que tiene que ingresar a observación a Emi, por que tenía que descartar bronquitis...

Era la primera vez que veía a mi bebé tan mal y eso me estaba partiendo el alma, le tomaron la temperatura, por primera vez le dieron un piquete para sacarle sangre y como su coagulación era muy rápida, tuvieron que picarlo dos veces más; fué un sentimiento desagradable ver como maltrataban a mi chiquito y yo no podia hacer nada para quitarle su dolor... minutos después lo tuvieron que canalizar para empezar a suministrarle suero y evitar una deshidratación y aplicarle el medicamento intravenosamente. Pasaron algunas horas y yo pensaba que ya me lo iban a dar de alta con su medicamento y la recomendación de siempre de no sacarlo por algunos días, pero cual va siendo mi sorpresa que me dice el médico que lo van a ingresar a piso para su hospitalización por que el niño tenía principios de neumonía... En eso momento sentí una desesperación y mucho miedo por mi hijo ya que veía su sufrimiento y el dolor que sentía en su bracito por el suero... Una vez en piso el dolor y la impotencia estuvieron presentes por casi cinco días, ya que como es un bebé sus venitas de adelgazan muy pronto y el suero deja de pasar con facilidad, así que lo canalizaron tres veces más en sus brazos y pies... Cada vez que canalizaban Emi gritaba y pataleaba, tenían que sacarme para no ver como sufría con cada piquete.

Realmente es una experiencia que a ninguna mamá le gustaría pasar... ustedes pensarán que tal vez se enfermó por un descuido mío o de mi mamá, pero lo que lo afecto fué la convivencia en la guardería ya que muchos niños van enfermos y contagian a los otros niños, afortunadamente después de varios días llenos de exámenes medicos, inhalaciones y medicamentos mi bebé se recuperó pronto de su enfermedad y me lo dierón de alta, mi hijo corrió con suerte y aunque no lo llevé a tiempo, pudó recuperarse con facilidad...

A mi nene me lo dieron de alta un 2 de marzo y aunque estaba muy contenta por que ya nos ibamos a nuestra casa, el dolor y la pena volvió a embargar mi corazón y lo lleno de tristeza... un bebé de cinco meses que se encontraba ahí practicamente desde que nació, acababa de fallecer de un paro cardiaco, ya que tenía un problema de eficema pulmonar   y su corazoncito no resistió los medicamentos que le suministraban (aunque sus papás no tomaban ni fumaban tuvierón la desdicha de que su bebé naciera con este problema), aún tengo grabada en mi mente la imagen de cuando los doctores alrededor de su camita le hablaron a su papá y le dieron la terrible noticia... fué aún más doloroso ver como llegó su mamá y lloró a su bebé, creo que nunca había experimentado una muerte tan de cerca y menos de un ser tan pequeño, frágil e inocente que aunque no era de mi familia me estaba doliendo...

Estas son experiencias que la vida nos va dando y nacen sentimientos que vamos experimentando ahora que también somos madres y sabemos el dolor que causa tener un hijo, pero esperó que nunca experimente el dolor de perder y enterrar un hijo antes que yo...

Esa pérdida y ese sentimiento no tienen nombre y a ese angelito que se fué le brindo una oración y a sus padres pido a Dios para que pronto les llegue no la resignación, pero si el valor para seguir adelante.

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